Bienvenidos.

Bienvenidos a mi blog.
Espero que os lo paséis genial.
¿Preparados para un poco de lectura y de animación?
Pues esta es tu página.

viernes, 23 de julio de 2010

Corazón oscuro 44

Episodio 44º

Todas se reunieron de nuevo para hablar sobre la estrategia que tomarían a partir de ese momento.
En la cara de todas se podía ver la desesperación, pero ninguna era capaz de confesar la verdad.
-Me fastidia tener que decirlo, pero... ¿Cómo lograremos vencer a Rye si casi ni hemos podido con esos dos?
-De no haber sido por Jun, no lo habríamos contado...
-Arisa, Lirin, no es momento de flaquear. Tenemos que estar más unidas que nunca y enfrentarnos a este peligro todas juntas, sin echarnos atrás ni un milímetro.
-Tienes razón, princesa, pero... eso no quita que Rye sea duro.
-Bien es cierto que él es alguien difícil de vencer, pero tenemos a la unión más poderosa que jamás se halla podido formar de nuestra parte.
-Em...
-Me refiero a Jun, claro está. No os olvidéis de que ella es la unión de mi energía mágica con la suya. Estoy segura de que aquí, nuestra pequeña adolescente, es bastante poderosa. Solo tenemos que confiar en ella y apoyarla en todo lo necesario.
-Yo no estoy muy segura de poder hacerlo bien... Él tiene más experiencia que yo y eso influye bastante.
-No importa, querida hija. Mañana saldremos de aquí con la cabeza bien alta y, cuando lo hagamos, lucharemos lo mejor que podamos. Recordad que esto lo hacéis, en el fondo, por alguien a quien queréis.
-Tienes razón, ahora más que nunca debemos esforzarnos al máximo.
-Descansemos pues. Mañana nos espera un día muy movido.
-Sí, tienes razón.
Entonces, todas las presentes se fueron a una cama cada una.
Por otro lado, Lirin se acercó hasta Jun, la cual estaba pensando sentada en una silla cercana.
-¿Te pasa algo, Jun?
-Verás... no estoy muy convencida de esto... No deberíais estar ayudándome. Si caigo yo, debo ser la única.
-No digas eso. Todas estamos aquí para ayudarte. Además, lo hacemos porque nos importas.
-Si eso lo sé, y os lo agradezco, pero no quiero que muráis por mi culpa.
-¿Quién va a morir? Nosotras somos más fuertes de lo que te crees.
-Bueno... no habéis podido con esos dos... Eso ya me dice algo...
-Minucias. Simplemente nos pillaron desprevenidas. La próxima vez no pasará.
-No habrá próxima vez. Le voy a decir a mi Madre que quiero continuar sola.
-Ni en broma. Nos necesitas.
-No os necesito. No necesito ver cómo morís.
-No vamos a morir tan fácilmente, créeme. Después de todo, somos algo así como tus defensoras. Cada una tenemos un poder único. Todas juntas podremos con ese desgraciado de Rye.
-Eres muy positiva...
-Y tú muy negativa. ¿Por qué tienes que ver el lado malo de las cosas? Si permanecemos unidas, podremos hacer bastante más que separadas.
-Si tú lo dices...
-Anda, vamos a la cama. Hoy ha sido un día duro y necesitamos descansar adecuadamente.
-Vale... hasta mañana.
-Hasta mañana.
Acto seguida, cada una se acostó en su cama y cerraron poco a poco los ojos.
Al cabo de un tiempo sin producirse ningún incidente, Jun abrió los párpados y pudo comprobar que todas estaban plácidamente dormidas.
Se incorporó lentamente, sacó los pies de la cama, se puso los zapatos y se dirigió hacia la puerta de la salida sin hacer el más mínimo ruido que pudiese delatarla.
Una vez hubo salido fuera y cerrado la puerta cuidadosamente, echó a correr rumbo a la más profunda oscuridad.
A la mañana siguiente, todas se levantaron con mala gana y se prepararon para la batalla.
-Un segundo, ¿dónde está Jun?- preguntó Arisa, alarmada.
-¿Habrá ido al baño o algo así?
-No lo creo... Ella suele tardar bastante en despertarse.
-Aquí no está- dijo Saya mientras volvía del lugar nombrado.
-¿Dónde se habrá metido? Es muy importante que esté con nosotras.
-Espero que no haya ido ella sola.
-¿Qué dices, Lirin?
-Anoche... anoche me dijo que no quería que muriésemos. También me dijo que te iba a decir de quedarnos aquí nosotros e irse ella.
-¡No puede ser! Somos un equipo, no puede irse así.
-Arisa, cálmate. Ahora debemos correr para alcanzarla.
-Pero a saber desde cuándo estará fuera...
-Tenemos que detenerla antes de que haga alguna locura. Corred.
Seguidamente, todas salieron de allí corriendo en dirección a la torre negra que se encontraba más adelante.
Mientras tanto, en la gran plaza de las tinieblas, Jun estaba dando vueltas.
-Siento la energía oscura de Rye por aquí cerca...
Siguió avanzando por las calles hasta que llegó a un negro y tenebroso parque, el cual tenía más oscuridad dentro que la noche misma.
-Una corazonada me dice que él está ahí... he de comprobarlo y acabar con esto de una vez por todas.
Corrió lo más rápido que pudo hasta que se adentró dentro del tenebroso bosque.
Avanzó unos pasos hasta que se topó con una fuente llena de raíces secas y marchitas, donde los bichos habían creado un enorme cementerio de animales, a los cuales se estaban comiendo poco a poco.
-Puaj... qué asco...- dijo para después seguir de largo.
Mientras andaba por el camino, no podía dejar de pensar en aquellas a las que dejaba atrás. ¿Ya se habrían levantado y habrían visto que no estaba? ¿Cómo habrían reaccionado ante tal noticia? Y lo más importante de todo... ¿la estarían buscando?
Fuese como fuese, no quería que ellas estuviesen juntas. Tenía que protegerlas de alguna manera, y esa era la forma que se le ocurría.
-Vaya, vaya... parece que por fin apareces. Y... a pesar de lo que pensaba, vienes sola- dijo una voz desde las profundidades del bosque.
-¿Algún problema con que esté sola? Así no tendré contemplaciones.
-Eso dices ahora, pero... ¿cómo será dentro de unos minutos, cuando me supliques por tu vida?
-Bah... qué tontería. Los dos sabemos que el que acabará suplicando vas a ser tú.
-Qué insolente. Y pensar que eres mi hija...
Y entonces, Rye salió de entre la maleza y se acercó hasta ella por un lateral.
-Si no te hubieras empeñado en hacerme la vida imposible, hasta podríamos haber sido aliados.
-Jamás ayudaría a alguien tan rastrero como tú. Antes muerta.
-Bueno... eso se puede solucionar pronto.
Seguidamente, las raíces que se encontraban alrededor de la estancia se levantaron y fueron rápidamente hasta donde Jun se encontraba de pie.
Dichas raíces zigzaguearon y se enredaron en los dos pies de la chica, levantándola momentos después en el aire y colocándola boca abajo.
-¡Bájame ahora mismo!
-Cómo desee, princesita...
Y entonces, las raíces la hicieron impactar contra el duro suelo, haciendo así que se golpease duramente la cabeza.
Momentos después, de ella salió un poco de sangre.
Se levantó como pudo y miró a su enemigo fijamente.
-Vaya... parece que aún puedes ponerte en pie. Veamos si aguantas otro asalto como ese... ¿qué te parece?
-¡No te dejaré intentarlo!
Rápidamente, varias raíces salieron de su espalda y se interpusieron entre ella y Rye, actuando así de barrera.
Tiempo después, algunas de las raíces negras de Jun salieron del escudo para ir directas hacia el susodicho, pero este hacía que se cortasen nada más entrar en contacto con el aire que éste respiraba.
-No puedes hacer nada con eso. He mejorado bastante desde aquella vez que luchamos. Ahora controlo el aire a mi alrededor. Todo lo que se me acerque saldrá en tiras muy finas. Ja, ja, ja...
-Será mejor que no te confíes. Aún puedo hacer muchas más cosas.
En seguida, las raíces negras regresaron al lado de Jun y se juntaron todas alrededor de su brazo derecho, formando así un enorme y oscuro puño.
Acto seguido, Jun corrió a toda prisa en dirección a su padre.
Justo cuando se hubo hallado frente a él, le propinó un fuerte puñetazo, el cual iba dirigido a su rostro.
Lamentablemente, el hombre pudo esquivarlo fácilmente haciendo una majestuosa pirueta hacia atrás hasta posarse sobre la rama de un árbol cercano.
-Es una pena que no me hallas podido alcanzar. Habría sido un golpe fatal.
-¿Tú crees?
Y entonces, Rye no pudo mantenerse más tiempo de pie, pues una raíz de Jun había conseguido colarse en su defensa hasta romper la rama que lo sujetaba, haciendo así que éste cayese al suelo.
Una vez hubo llegado hasta allí, varias raíces más pudieron llegar a cortarle los laterales de la cara antes de ser desintegrado.
-Tsk...
-Casi lo consigues... Bastante inteligente, sí señor. Pero eso no basta para derrotarme- dijo mientras se levantaba.
-Bueno, aún así no es todo lo que tengo. Espera y verás de lo que soy capaz.
Unos minutos después, una enorme roca negra cayó del cielo justo encima de donde Rye se encontraba.
Para su mayor sorpresa, no pudo esquivarla bien, y los bordes de dicho pedrusco le cortijearon un poco los brazos.
-¡Maldita roca!- exclamó, furioso.
-Te dije que aquello no era lo único que podía hacer. ¡No bajes la guardia!- gritó Jun.
Justo en ese instante, ésta apareció encima de su Padre y le propinó una fuerte parada en lo más alto de la cabeza, haciendo así que se estampase contra el suelo. Después de eso, desapareció para aparecer momentos después a unos pasos de su contrincante.
-Eres dura...- dijo éste mientras se incorporaba apoyándose en el suelo con sus manos.
-Y que lo digas. Pero aún no he acabado.
-Yo tampoco.
Después de haberse levantado, juntó las manos en el aire, dio una palmada y luego las fue separando poco a poco la una de la otra.
-La oscuridad más tenebrosa siempre estará presente en este mundo. Para que eso se haga realidad, invoco el poder de la piedra negra, la causante del poder más maligno de todo el planeta. Hágase la voluntad de la oscuridad, rebosante de maldad. ¡Bola oscura del caos!
Una vez lo hubo dicho, una enorme esfera negra se formó sobre su cabeza.
El poder que emanaba de allí era atroz. Cualquiera podría notarlo, incluso Saya.
Pero ese no era el momento adecuado para preocuparse por eso, antes tenía que esquivar aquella bola y acabar con Rye.
-Espero que no te mueras demasiado rápido. Antes quiero que sufras un poco- dijo justo después de lanzarla.
La esfera se acercaba a una velocidad vertiginosa mientras que todo lo que se hallaba a su alrededor se vaporizaba en el acto.
¿Sería aquel el final de Jun? ¿Estaba destinada a acabar su vida así de mal?
¿Cuál será el flamante final de esta trágica historia de venganzas y sueños?

No hay comentarios:

Publicar un comentario