Episodio 20º
La oscuridad se hizo presente en el paraje.
Las calles estaban desiertas y el viento hacía un ruido desconsolador.
Inesperadamente, unos pasos se hicieron presentes y pudo notar que alguien se le estaba acercando.
Seguramente sería algún típico humano, pero para la mayor de sus sorpresas, se percato de que éste se paraba justo a su lado.
Fue girando poco a poco su cabeza hasta que vio sus piernas. Acto seguido, elevó lentamente la cabeza para mirarle a la cara.
-¡¿T... tú?!- preguntó, desconcertada.
-¿Qué haces aquí y herida, Lirin?- le preguntó el chico.
-No... ¡no es asunto tuyo, humano!
-Si es algo que incluye a Jun, claro que es asunto mío- dijo, medio enfurecido.
-Yo... yo ya no puedo hacer nada...- dijo mientras bajaba la cabeza poco a poco.
-¿Puedo hacer algo para ayudarte?
-Puede que te dijera que eras el único que podía ayudar a Jun, pero eso no quiere decir que también puedas ayudarme a mí.
-Creo que, de algún modo, podría hacerlo. Si me dices el problema, claro...
-Es el maldito Padre de Jun. No sé qué pasa pero me acabo de enterar de que no es humano...
-¿Cómo?- dijo, algo sorprendido.
-Eludió mis ataques a la perfección y luego me controló como quiso hasta tal punto de tirarme por la ventana... Ahora no puedo entrar en la casa y ya no puedo ayudar a Jun...
-De todas formas... ya te ha vencido. Por mucho que entrases... acabaría haciendo lo mismo sobre ti, ¿no?
-No me gusta que me subestimes, niñato- dijo mirándole con una mirada de furia.
-Te recuerdo que ambos estamos en el mismo bando. No es momento de que te enfades conmigo, solo destacaba un hecho.
-Sí, ya... Pero, oye...
-¿Qué?
-¿Y esa actitud tuya?
-¿A qué te refieres?
-Normalmente eres más lanzado. No sé... es como si ahora fueses más maduro...
-Digamos que he visto claramente cuál es mi misión en este momento.
-Am...- dijo medio cerrando los ojos.
-¿Qué?
-No, nada, nada...- dijo mientras miraba hacia otro lado y soltaba una pequeña risita.
-¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa eh?!
-Ese es el Michael que yo conozco, ja,ja,ja...- dijo sin poder dejar de reir.
-Vale, vale... ya veo que lo que querías era que enfureciera...- dijo cruzándose de brazos y cerrando los ojos a modo de derrota.
-Bueno... ahora debemos ayudarla... Pero el caso es que no sé cómo hacerlo...
-Pues...- dijo poniéndose rumbo a la puerta de la casa.
-¡Eh, ¿a dónde crees que vas?!- dijo, aún desde el suelo.
-Pues a tocar a ver si puedo hablar con ella.
-No creo que sea tan fácil, chico...
-Por probar que no quede.
Seguidamente, cruzó la calle y se acercó hasta la puerta.
Una vez allí, toco rápidamente y, al cabo de unos minutos, ésta se abrió dejando ver allí al Padre de Jun, que lo miraba con un rostro de despreocupación total.
-¿Qué quieres?
-¿Puedo hablar con Jun, por favor?
-En este momento está algo ocupada. Ya podrás hablar con ella en otro momento, ahora lárgate.
-Disculpe mi intromisión, pero es importante.
-Sabes perfectamente que ella no puede hablar, no insistas más y vete a casa.
-Es que...
-Si digo que no, es que no. Vete de una vez si no quieres que llame a la policía.
-Creo que eso debería hacerlo yo.
-¿Cómo dices, niño?
-Pues... creo que a la policía le interesaría saber que un hombre está maltratando a su hija.
-¿Qué pruebas tienes para semejante delirio?
-Si no es así, déjeme verla.
-No pienso achantarme ante una amenaza tan bulgar como esa...
-Déjeme pasar, por favor.
-Si no te largas vas a lamentarlo
-No creo que se atreva a llamar a la policía, así que solo le queda echarme a golpes... ¿lo va a intentar?
-Pues como no te vayas, puede que lo haga.
Entonces, Lirin se avalanzó sobre él y le puso las rodillas sobre los hombros.
Seguidamente, juntó las manos sobre la cabeza de su oponente dispuesta a darle fuertemente con ellas, pero éste se zafó de ella y la lanzó al suelo.
Ésta no se rindió y volvió a cargar sobre él.
Le agarró las dos manos y se las pasó por su espalda, dejándolo así inmovilizado.
-¡Entra, Michael, corre!- le gritó.
-Pero no puedo dejarte aquí...
-¡Yo lo entetendré, tú entra y saca a Jun de aquí!- dijo mientras forcejeaba con el Padre de Jun.
-Va... ¡vale!- dijo mientras se adentraba en la casa.
Una vez dentro, corrió hacia las escaleras y las subió a toda prisa.
Cuando llegó al cuarto de Jun, pudo verla tumbada boca arriba sobre la cama.
Al acercarse a ella, se dio cuenta de su lamentable estado y no pudo evitar asustarse. ¿Aquel señor que decía ser su Padre había sido capaz de hacerle aquello?
Nunca pudo imaginar que le hiciese algo así...
-Será mejor que no te acerques a ella- le dijo una voz a su espalda.
Al virarse, comprobó que bajo el marco de la puerta se hallaba el Padre de Jun.
Tenía algo de sangre sobre su manga izquierda pero, aún así, no parecía estar herido. Aquella mancha debió de dejarla Lirin al intentar detenerle.
Pero, ahora que lo pensaba, ¿y si la había derrotado y, por consiguiente, asesinado...?
No, aquello era imposible...
-¿No me haz oido o qué? ¡Apártate de ella ahora mismo!
-N... ¡no pienso dejarla aquí!
-Eso ya lo veremos, niñato- dijo mientras se acercaba hasta él.
-¡Detente!- le dijo Lirin desde la puerta.
Cuando Michael miró hacia dicho punto de la estancia, pudo verla allí apoyada sobre el marco de ésta.
Estaba completamente herida y de su brazo izquierdo goteaba sangre, además de que lo tenía colgando, aparentemente inmovilizado.
-Creo que no estás en condiciones de decir eso, Lirin. Mucho me temo que ya no puedes hacer nada por evitar el destino que se cierne sobre esta chica.
-Eso no lo sabes. Yo puedo... puedo hacer mucho más de lo que ves...- dijo, jadeando del dolor y del cansancio.
-No lo creo... Los milagros no existen, querida.
-Ya lo veremos...- dijo mientras retomaba el aliento y saltaba en el aire hacia él.
Justo cuando estaba sobre el hombre, hizo que su espada negra apareciese en su mano sana y le apuntó con su punta.
Pero éste detuvo su filo con un único dedo y la hizo retroceder hasta que se estrelló contra la pared de la habitación.
-Ya te dije que era inútil- dijo mientras se viraba hacia Michael y Jun-. Bueno... ¿por dónde lo habíamos dejado? ¡Ah, sí! Es hora de que te marches, niñato.
-¡Te recuerdo que tu enemiga soy yo!- dijo Lirin justo cuando iba a clavarle la espada en su costado izquierdo-. ¡Nunca le des la espalda a tu enemigo, y mucho menos si esa soy yo!
Inesperadamente, y para sorpresa del Padre de Jun, la espectro logró introducirle la espada negra justo donde quería.
-¡Cómo es posible!- dijo antes de toser sangre.
-Je... no debiste subestimarme...- dijo, con una sonrisa maléfica en la boca.
-¡Pero si estás medio muerta, ¿cómo diantres puedes siquiera tenerte en pie?!
-Mi misión es proteger a Jun, y si para ello he de arriesgar mi propia vida, pues lo haré si hace falta.
-Maldita...
Seguidamente, la chica retiró su arma y éste cayó al suelo, desplomado.
Después de eso, Lirin se acercó hasta donde se encontraba Michael junto a Jun.
-Rápido, tenemos que irnos...- le dijo casi sin poderse mantener de pie.
-Sí...
Pero, justo cuando se disponía a coger a Jun, ésta abrió los ojos bruscamente y se podía apreciar que sus pupilas estaban demasiado contraidas.
-Jun...
-Jun, ¿estás bien?- le preguntó Lirin, algo preocupada por aquella mirada.
Para la mayor de sus sorpresas, la chica se levantó rápidamente y se quedo de pie, frente a ellos.
Lirin se acercó lentamente y le puso la mano buena sobre su hombro.
-Jun... ¿te pasa algo?
Inexplicablemente, ésta se separó de la espectro y comenzó a atacarla.
-¡Pe... pero Jun, ¿qué haces?!
Acto seguido, Jun le dio una fuerte patada en el estómago y Lirin cayó, rendida.
-¡Jun!- se acercó Michael, asustado.
La chica no reaccionó ante tal llamamiento y se acercó hasta él con la intención de atacarlo también.
Una vez se hubo encontrado frente a él, ésta le agarró del cuello de la camisa con las dos manos y lo levantó en el aire.
-¡Pero, Jun...!- dijo intentando no ahogarse.
-Ja,ja,ja... pobres ilusos. ¿De verdad creíais que iba a ser vencido tan fácilmente?- dijo el Padre de Jun mientras se iba levantando lentamente del suelo.
Una vez se halló completamente de pie, se sacudió el polvo y se quitó la chaqueta que llevaba puesta.
-Vaya... habéis hecho que se me ensucie la chaqueta nueva... Vaya desperdicio.
-Serás...- pudo articular Lirin, desde el suelo.
-Venga, venga... no te pongas así. Sabes que ninguno de vuestros ataques podrían afectarme. Nunca podrás herir a ninguno de los de "arriba", ¿recuerdas?
-¡¿Có... cómo?!- gritó, desconcertada.
-Mi verdadero nombre es Rye Tamizawa, uno de los más altos de los de "arriba"
-Eso... eso es imposible.
-Se me conoce por ser el más joven y emprendedor de todos los de "arriba" A pesar de mi corta edad, he logrado llegar a uno de los puestos más altos con solo mover unos pequeños hilos.
-Pero... pensé que, al tener un cargo tan importante... estarías siempre ocupado en nuestro mundo...
-Verás, Lirin... yo fui quien decidió enviarte a esta misión suicida, por llamarla de alguna manera.
-Pero... Si tú lo decidiste... ¿de dónde salió Jun?
-Ella es hija mía, claro está, pero... nunca les dije ni a su Madre ni a ella que era de otro mundo. ¿Cómo iba a levantar ese tipo de sospechas sin siquiera haber empezado?
-Entonces lo que me dijo Greck era cierto... la utilizaste...
-Sí, ¿y sabes lo mejor? Lo hice para poder librarme de ti, ja,ja,ja.
-¡Serás cabrón, usaste a tu propia hija!
-¿Y qué si lo hice? Desde el principio, estaba planeado que sería así. Nunca quise demostrarle ningún afecto, solo fingía.
-¿No sientes siquiera lástima por ella?
-Ni siquiera tenía previsto el tener una hija, fue algo que decidí en el último momento para poder aprobecharme y así, librarme de ti, Lirin. Tú eres la verdadera razón por la que decidí tener a Jun.
-Maldito...- musitó, dolorida.
-Bueno, ya que lo sabes... creo que tendré que rematarte...
-Jun, jun... por favor...- le dijo Michael a la chica.
-Es inútil. El control mental de uno de los de "arriba" es muy fuerte. No podrás romperlo.
La chica apretó más sus manos haciendo así que Michael se asfixiase más y más.
-Creo que el chico morirá ahogado. Sin embargo, tú...- dijo mientras dirigía su mirada hacia la espectro.
-¿Cómo puedes ser así?
-Tú Padre también se sorprendió, ¿sabes? Aunque como era inferior a mí, no me costó nada asesinarlo. Fue bastante fácil y sencillo, a pesar de ser también uno de los de "arriba"
-¡SERÁS HIJO DE PUTA!- le gritó, furiosa.
La verdad es que Lirin no se había enfadado así nunca, esta era la primera vez que Michael la veía a así, así que no pudo evitar asustarse un poco.
Sin embargo, eso no quitaba el hecho de que se estuviese quedando sin aire por momentos, así que se concentró en Jun.
¿Cómo podía hacer que el control mental desapareciese? Es más... ¿podría siquiera hacer algo?
Estaba completamente seguro de que aquella era una situación difícil, pero tenía que ayudar a Jun. Después de todo, esa era su misión, ¿no?
-Jun, por favor... si no lo haces por mí, al menos hazlo por ti. Sé que tú... sé que puedes librarte de ese control mental. Solo has de intentarlo...
La chica parecía no inmutarse.
Aquellas palabras llegaban a ella como si de aire se tratase, no la hacían reaccionar. Estaba completamente ida y parecía que nada pudiese despertarla.
Inesperadamente, éste la agarró por las muñecas y la miró a los ojos.
-Jun... vuelve...
Michael pudo apreciar que algo de luz se hallaba ahora en sus pupilas. ¿Había vuelto a ser ella?
Si era así... ¿por qué no lo soltaba? ¿estaba tramando algo?
-Por favor, Jun...
Seguidamente, ésta lo fue bajando poco a poco y lo dejó en el suelo.
Después de eso, tomó una expresión de furia absoluta, soltó a Michael y se viró hacia su Padre, que se disponía a matar a Lirin.
Cuando éste la miró, se sorprendió bastante. ¿Había descubierto algo en ella que no había sido capaz de ver antes?
Un aura negra se formó alrededor de Jun haciendo que una especie de viento demoníaco llenase sus cercanías.
-¿Qu... qué está pasando?- preguntó, desconcertado, Rye.
Los ojos de Jun fueron tomando un color negro azabache y la estancia fue tomando un color oscuro.
-Jun...- murmuró Lirin, sorprendida también.
Nunca había visto a su protegida de aquella forma.
Ni siquiera cuando se enfadaba con ella aparentaba tanta furia.
¿Sería ese un poder oculto? ¿alguna especie de herencia de su linaje como hija de uno de los de "arriba"?
Y, lo que era más importante... ¿sería Jun incluso más fuerte que su propio Padre?
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