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sábado, 17 de julio de 2010

Corazón oscuro 32

Episodio 32º

Mientras todos los alumnos se alejaban rápidamente del centro, Jun iba a paso lento.
La verdad es que no quería que nada les ocurriese a Michael y a los chicos, pero no podía evitar sentirse mal por la decisión que había tomado.
A medida que iba avanzando, iba pensando en todo lo que tendría que soportar el día de mañana para no tener que estar mucho con ellos.
Después de unos instantes, pudo oir unos pasos apresurados que se acercaban hasta ella desde atrás.
-¡Jun!- gritó una voz conocida.
-¿Eh?- dijo mientras se giraba.
-¡Por favor, espera!
-Tom... ¿qué quieres?- le preguntó mientras este se paraba justo en frente suya.
-¿Podríamos hablar un momento?
-Claro... pero date prisa...
-¡Por favor, no te alejes de Michael!
-¿Có... cómo?- dijo a la vez que se sorprendía.
-Lo sé todo. Sé lo de tus poderes y lo de esos tipos que quieren capturarte... Pero, por muy duro que sea... por favor, no dejes a Michael así.
-Si lo sabes... entonces sabrás por qué lo hago.
-Lo sé, pero...
-Entonces no hay nada más de que hablar. Hasta mañana- dijo mientras emprendía la marcha.
-¡Espera!- le dijo mientras la agarraba del brazo y la hacía retroceder- Ya has visto cómo se ha puesto antes el Capitán... Por favor, no te alejes de él...
-Lo siento... no puedo permitir que le pase nada. Ni a él ni a vosotros. Todo esto es culpa mía y debo resolverlo yo.
-Pero...
-No espero que lo comprendas... pero lo que sí espero es que me respetes. Yo no pedí esto pero, sin embargo, lo tengo. Y no quiero perder lo único que he sido capaz de elegir por mí misma. Así que... no hay nada más que decir- dijo mientras volvía a virarse para irse acto seguido.
-¡¿Acaso no ves lo que estás haciendo?!
-¿Qué...?- dijo a la vez que se paraba en seco.
-Si tú te alejas de él... ¡¿quién lo protegerá entonces en caso de que alguien lo capture sabiendo que te importa más que nada?! ¡¿Quién cuidará de él si tú no estás?!- le dijo mientras se ponía frente a ella y le ponía los brazos en los hombros, para así zarandearla levemente.
-Pero si yo estoy cerca... será más accesible para el enemigo. Y yo no quiero eso...- dijo mientras miraba al suelo.
-No puedes evitar que esto pase, porque es parte del destino. Pero lo que sí puedes evitar es que le hagan daño a él. Si de verdad te importa, serás capaz de entender esto.
-Yo... ¿qué... qué se supone que he hecho...?- dijo mientras se llevaba las manos a la cabeza y caía de rodillas.
Seguidamente, unas lágrimas cayeron de sus ojos.
Podía entender lo que Tom quería decirle, pero... ¿de verdad era ella capaz de protegerlos a todos? ¿no ocasionaría el estar cerca suya su propia destrucción y miseria?
Entonces, Tom se agachó frente a ella e hizo que ésta lo mirase a la cara.
-Ve con él- le dijo, casi en un susurro.
-Gracias...- le dijo mientras se levantaba rápidamente y se iba corriendo hacia el interior del edificio.
Subió las escaleras a todo correr y atravesó todos los pasillos que tenía por delante.
Finalmente, y después de unos dos o tres minutos, consiguió llegar a su clase.
Una vez allí, abrió la puerta bruscamente y pudo ver a Michael frente a su profesora, de pie al lado de la mesa de la susodicha.
Después de que ambos la miraran con cara extrañada, la chica corrió nuevamente y abrazó a Michael acto seguido.
-Lo siento... Perdóname, por favor...- le dijo mientras lloraba.
-Tranquila...- le dijo mientras le acariciaba el pelo.
Al cabo de un rato, Jun se despegó lentamente de él y se secó las lágrimas con la manga de la camisa.
Después de eso, miró a la profesora fijamente.
-Ha sido culpa mía. Por favor, castígueme a mí en su lugar- dijo mientras se inclinaba hacia adelante.
-¡Pero Jun...!
-Jovencita... me temo que eso no podrá ser. Por mucha culpa suya que sea... él fue quien realizó dicho acto de agresión. Por lo cual, debo castigarle a él.
-Entonces castígueme a mí también, pues he provocado esto. Se lo ruego, por favor.
-Jun... no importa, en serio.
-Bueno... en vista de que de verdad cree que usted ha ocasionado esto... me temo que no puedo hacer nada. Michael, quedas impune.
-¿Cómo?- preguntó, extrañado.
-Pero con una condición. Jun, debes estar siempre con él y evitar que se meta en líos, ¿de acuerdo?
-¡Ah! ¡Claro!- dijo mientras se ponía firme.
-Pero... ¿por qué?
-Digamos que no quiero enfrentarme a tu Madre, Michael...
-¿Por qué todos me dicen lo mismo...?
-Je, je, je...- se rió, aliviada, Jun.
Seguidamente, ambos se despidieron de la profesora y se fueron.
Cuando iban por la calle, Michael cogió de la mano a Jun y no la soltó hasta que llegaron a la esquina en la que debían separarse.
-Bueno, pues... hasta mañana.
-Sí... nos vemos mañana.
-Te quiero.
-Yo también a ti.
Después de estarse mirando durante casi un minuto, él acercó sus labios a los suyos y la besó.
Al cabo de un rato, éste se puso en marcha hacia su casa mientras ella hacía lo mismo.
El día pasó sin más insidentes y pronto llegó el día de la escursión.
La verdad es que Jun no sabía muy bien qué debía hacer o llevar, así que preparó una mochila con lo que le habían dicho que era necesario llevar.
Una vez lo hubo hecho todo, salió por la puerta de su casa y se encaminó al instituto.
Cuando llegó, Ren la vio en la entrada y la llamó.
-¡Jun!
-Ah, buenos días, Ren...- dijo mientras se paraba frente a él.
-¿Lista para ir a la playa?
-Sí, aunque... no sé exactamente qué vamos a hacer allí...
-Bueno, pero seguro que te diviertes.
-Eso espero... je,je,je.
-Claro que sí. ¡Oh, mira! por ahí vienen Tom y Michael- dijo mientras señalaba en la dirección por la que los dos aludidos iban acercándose.
-Buenos días, gente- saludó Tom.
-Buenas...
Después de que se encontrasen, Michael se acercó hasta Jun y le dio un profundo beso.
Todos los presentes se quedaron de piedra, pero en seguida pensaron que aquello era algo normal en una pareja, así que no se sorprendieron demasiado.
Una vez éste se hubo separado de ella, le pasó su brazo izquierdo por encima de los hombros y ésta, como respuésta, le pasó su brazo derecho por detrás de su cintura.
Acto seguido, todos se fueron hacia el interior del centro.
-Pensé que te iban a prohibir venir a la excursión, Michael- le dijo Ren mientras iban andando.
-A la profesora le dio miedo mi Madre y retiró sus planes de llamarla y, por lo tanto, de prohibirme dicha excursión.
-Es normal...
-Todos igual...
-Bueno, es algo normal es ella. Es lo que quiero decir.
-Ya, ya... si soy el que más os comprende...
Seguidamente, los primeros minutos pasaron rápido.
Cuando todos estaban esperando para bajar y subirse al autobus que los llevaría hasta la bahía, el grupo se reunió de nuevo en una zona de la clase.
-Bueno, ¿quién con quien?
-¿Eh?- preguntó Jun, algo extrañada.
-Ah, verás...- procedió a explicarle John-. Nosotros siempre nos sentamos juntos en el autobus... y antes siempre decidimos quién va con quién.
-Pero esta vez somos cinco... número impar- dijo Ren.
-Oh, por mí no os preocupéis. Sentáos juntos, yo iré en la parte de atrás...
-De eso nada, Jun- le dijo Ren.
-Eh, pero...
-Iremos todos atrás y listo. ¿no hay más de cinco asientos juntos?
-Sí, pero... ¿y si alguien llega antes que nosotros?
-Nadie es más rápido que yo- dijo Michael, haciéndose el importante.
-Ya, ya...- dijo antes de toser intensionadamente.
-Vale, vale... Salvo tú, nadie lo es tanto como yo.
-Entonces decidido. Michael, tú te encargarás de coger los asientos antes que nadie.
-Sí, sí.
Una vez se hubiese decidido qué iban a hacer, la profesora encargada de acompañarlos les avisó de que ya podían ir bajando.
Tal como habían acordado, Michael se colocó el primero de la fila y, tras él, se fueron situando los demás.
Después de eso, todos fueron bajando lentamente.
Como cabía esperar de él, este llegó el primero al transporte que iban a utilizar y, por lo tanto, se sentó justo donde todos habían decidido.
Fueron pasando los minutos y el autobus se iba llenando.
Al cabo de esperar un rato, todos llegaron hasta donde él estaba y se fueron sentando, de izquierda a derecha: Jun, Michael, Tom, Ren y John.
-Tíos... un poco más y no llegáis- dijo Michael, en plan burla.
-Nunca pensé que tanta gente pudiera aglomerarse así...- dijo Jun, algo abatida.
-Bueno, es normal. Ten en cuenta que esta excursión es bastante querida por la mayoría de los alumnos.
-Ya me lo puedo imaginar, ya... ¿Qué le véis a la playa que es tan divertida?
-Pues... la verdad es que no lo sé.
-Ya lo descubrirás, Jun- se adelantó Tom.
-Sí, supongo...
Acto seguido, el autobus se puso en marcha y, después de media hora más o menos, éste les dejó muy cerca de su destino.
Todos los alumnos, al coger sus cosas rápidamente, se bajaron sin pausa y se apresuraron a ponerse en fila detrás de su profesor correspondiente.
Cuando Jun y los demás se pusieron en el lugar adecuado, fueron siguiendo a paso ligero a su profesora de literatura.
Al llegar a la costa, la chica no pudo evitar sorprenderse.
Bien era cierto que nunca había ido a la playa, pero es que ni siquiera había visto el mar tan cerca.
Siempre lo había visto a través de la televisión, pero esta vez era algo real y no una imagen en una pantalla.
-Parece que te gusta- le dijo Ren.
-Sí... es precioso...
-¿De verdad nunca lo habías visto antes?
-Solo desde la televisión...
-Pues vaya...
-Bueno, ¿a qué esperamos? Vamos a buscar un buen sitio en la arena.
-Sí...- dijo Jun, algo nerviosa.
Avanzaron hasta bajar las escaleras que daban paso a la arena.
Cuando Jun se descalzó, imitando a sus amigos, y entró en contacto con dicho suelo, no pudo evitar quedarse mirando hacia donde estaba pisando.
-Venga, venga- le dijo Michael mientras la empujaba suavemente.
Estuvieron buscando durante un buen rato, pero al fin encontraron un buen sitio donde colocarse.
Las palmeras que habían allí eran lo suficientemente altas como para que pudiesen ponerse a su sombra y lo suficientemente cortas como para tocar sus hojas.
Seguidamente, todos colocaron sus toallas unas al lado de las otras.
-Bueeeno, ¿qué hacemos primero?- preguntó Ren a la vez que se sentaba sobre su toalla.
-Vosotros diréis. Yo no tengo ni idea...- le respondió Jun mientras hacía lo mismo sobre la suya, la cual estaba ubicada al lado de la de Michael.
-Lo primero es lo primero- dijo John mientras se quitaba la camiseta que llevaba puesta.
-Ah, cierto- dijo Ren mientras le imitaba.
Una vez todos se hubieron quitado la parte de arriba, solo quedaba Jun.
-Venga, Jun- le dijo Ren.
-Ah, es que...
-Que no te de verguenza, mujer.
-No, si no es eso...
-¿No te has puesto el vikini o qué?
-No, sí que lo llevo, pero...
-Pero nada. Venga, que si no, no podremos ir a nadar ni nada.
-Bueno... vale...- dijo mientras se bajaba los pantalones cortos que llevaba.
Después de que los dejase dentro de su mochila, pasó a quitarse también la camisa que tenía puesta.
Una vez lo hubo hecho y se viró para dejarla junto con su pantalón, los chicos pudieron verle una gran cicatriz que le cruzaba la espalda de punta a punta.
-Wow, Jun... ¿cómo te hiciste eso?- preguntó John, algo extrañado.
-Ah... es que me clavé una rama hace tiempo y...
-¿Una rama? ¿y te hizo todo eso?
-Es que...
-Bueno, dejémoslo. ¿Qué hacemos, pues?- dijo Michael, cortándola.
-Em... vayamos al mar para que Jun lo pruebe.
-Sí, eso- afirmó John.
Mientras iban caminando rumbo a su destino, Tom se acercó hasta ella.
-Te queda bastante bien ese vikini.
-Ah, muchas gracias. La verdad es que me lo eligió Michael.
-Pues eligió bien. Te queda realmente estupendo.
-Gracias... je, je, je...
Seguidamente, los cinco llegaron a la orilla.
-Bueno, ¿vamos?- le preguntó Michael a Jun mientras le tendía la mano para que fuese con él.
-Va... vale...- respondió mientras agarraba su mano.
Una vez se hubieron introducido en el mar, Jun notó el agua fría en sus pies.
-Vaya, qué fría...
-Es normal que lo esté, je, je, je... Sigamos.
-Sí.
Acto seguido, ambos se encontraron hasta el cuello de agua.
-Se está bastante bien...
-Sí, pero... ¿sabes nadar?
-Claro... recibí más entrenamientos con mi Madre además del de luchar.
-Me alegra saberlo...
-Sí... aunque la piscina no era tan gratificante como esto...
-Claro que no, je, je, je.
Se pasaron el rato nadando y jugando entre sí a tirarse agua.
La verdad es que nunca se lo había pasado tan bien como hasta ese momento y deseaba que nunca se acabase, aunque ya sabía que eso no podía ser.
Estuvieron bastante tiempo metidos en el agua, hasta que Michael se acercó hasta ella.
-Oye, ¿quieres venirte conmigo un rato a dar una vuelta?
-Ah, claro- dijo mientras le agarraba del brazo.
Caminaron durante unos minutos hasta que llegaron a una zona donde no había absolutamente nadie.
Seguidamente, Michael se sentó sobre la arena a mirar al mar y Jun hizo lo mismo.
Al cabo de un rato, éste le pasó su brazo más cercano a ella por encima de los hombros y ésta se acurrucó junto a él, pasándole así su brazo más cercano a él por detrás de la cintura y apoyando su codo sobre la arena.
-¿Me vas a decir la verdadera razón de esa cicatriz?
-Fue durante el entrenamiento... Mi Madre me dijo que debía aprender a controlar la salida y entrada de las raíces, así que me hizo la herida para que yo las controlase y que así no saliesen. Por lo cual, me quedó marca...
-Se pasó un poco, ¿no crees?
-Si hubiese sido una herida más pequeña, no me habría supuesto ningún esfuerzo el no sacarlas, y es por eso que debió ser mayor.
-Ya veo...
-Sabes... ojalá este momento no se acabara nunca- dijo mientras le pasaba su brazo libre por encima del estómago de Michael, abrazándolo así cariñosamente.
-Yo también...
-Vaya, vaya, vaya... así que aquí estabas- se oyó una voz conocida a sus espaldas.
-Oh, no... por favor, tú no...- dijo Jun mientras se viraba y miraba al individuo que se hallaba a sus espaldas.
-Esta vez te capturaré sin falta, Jun- le dijo con una sonrisa malvada en la boca.
Y allí estaba "Tres", dispuesto a dejarse la piel en lograr sus propósitos.
La verdad es que el que Michael hubiese decidido llevársela a dar un paseo había sido buena idea, pues así no heriría a nadie, pero... ahora debía preocuparse por él también, pues estaba allí junto a ella.
¿Qué debía hacer? ¿Debía luchar como ella sabía sin preocuparse en cómo afectaría la batalla al chico o, por el contrarío, debía sacarlo de allí cuanto antes y protegerlo así?
Fuese como fuese, debía hacer algo pronto, o si no... estaría acabada.

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